Una mujer frágil y fuerte, viva y en delirio, enfadada y santa que, atrapada en su ‘cuarto’, se desplaza por el sonido concreto de sus visiones y nos confiesa realidades difíciles de oír: el paraíso encontrado en el infierno del manicomio; los amores de carnalidad espiritual con Cristo; la ambigüedad de lo sacro y de lo profano de los ángeles; y las dudas y el dolor desgarrador de la Virgen María.
«Navego como una sombra
en el sueño del día
y sin saber
me reconozco como tantos
inclinada sobre un altar
para ser comida quién sabe por quién»
Alda Merini
Con un teatro abstracto, poético y concreto, Bernardi ofrece con La Diversa todas las voces de la poetisa, que hacen eco en el escenario no solo de la multitud, sino también de la voz solitaria que desea ser partícipe de la historia: «Creo que el deseo de contar, de decir, nace por el tentativo continuo de componer la dignidad de lo vivido» (MB).
El escenario vacío, aquí es el espacio del dolor donde aparece la actitud humana que observa a los eventos míticos, aquellos que podemos experimentar solo cuando bajamos del vientre de las ‘Madres’, volviendo al sabor de los ‘alimentos de origen terrenal’.
“Me inquieto mucho cuando me atan al espacio” Alda Merini